martes, 16 de diciembre de 2008

¡Oh no! ¡Se me acabaron los condones!

¡Oh no! ¡Se me acabaron los condones!... Acaso no creéis que esto se puede llegar a convertir en una pesadilla muchas veces.

Desde luego que tiene su parte buena y su parte mala. En cuanto a la buena, hay que decir, que si se me acaban será porque los he usado, y al menos once de esos doce de la caja, habrán sido con chicas. Y el que queda, bueno, pues para “alguna de lujo”.

Pero a lo que vamos en este artículo, es que lo malo de que se le acaben a uno los preservativos, no es otra cosa que tener que volver a comprarlos. Por favor, ¿cuántos años tenemos?

Al parecer ni la edad ni la nueva mentalidad del siglo XXI nos ayudan a superar esa vergüenza que nos da llegar a la farmacia, plantarnos frente al mostrador de los profilácticos, elegir el adecuado para cada ocasión y pagarlo.

La cuestión de comprar preservativos es una cosa mucho más seria de lo que parece. No podemos entrar en la farmacia y coger la primera caja que nos encontremos y se acabó, todo por la maldita vergüenza. Cada tipo de preservativo tiene “su aquel”.

Por lo tanto, una opción para comprar estos paraguas del amor, de una forma más pausada y tranquila, consiste en ir a supermercados tipo Carrefour, Opencor… dónde no sentimos la presión de la farmacéutica observándonos y esperando a que escojamos de una vez los preservativos para cobrarnos.

Pero si tenemos una farmacia debajo de casa, y nos da mucha pereza coger el coche para ir al Carrefour que hay en mitad de la nada, existe otra posible solución para evitar estar mucho tiempo en la farmacia comprando los preservativos. Consiste en buscar en las respectivas páginas web de control y durex, mirar los tipos de preservativos que se venden en España y elaborar una clasificación (primero, segundo, tercero…) del tipo de preservativo que más nos gusta, y así, vamos a la farmacia, y si no tienen el primero de mi lista, pues cojo el segundo, etc.

Y es que amigos, siempre que uno va a una farmacia a por preservativos, resulta que la farmacia está completamente vacía. No viene nadie. Y tú ahí, la farmacéutica observándote, te empiezan a sudar las manos, la frente y en lugar de coger los preservativos cuya caja es de color morado, coges otra caja también de color morado que resulta ser un vibrador de última generación con 3 velocidades.

Bueno, y si decidís ir con un colega a comprar preservativos a la farmacia, ahí sí que la hemos liado. Primero preguntas dónde tienen los preservativos, porque ni tan siquiera eres capaz de verlos en ese momento. Además intentas aparentar que no vais juntos para que no piense cosas que no son. Pero después de que la farmacéutica te diga dónde están, ya no te quita el ojo de encima, y como estás nervioso coges una caja cualquiera y se la das para que te lo cobre. Y resulta que la farmacéutica te dice: “mira, si se lleva usted esta otra caja, con los mismos preservativos y el mismo precio, le regalan además el lubricante”. Entonces, no miréis a vuestro colega, porque os aseguro que estará por los suelos doblado de la risa. Lo mejor es agachar la cabeza, decir que sí, y llevarte lo que la señorita te haya dicho. Al fin y al cabo, ella es la farmacéutica.

No hay comentarios: