viernes, 27 de febrero de 2009

Bondage

Cuando uno tiene ganas de mezclar buen sexo y erotismo, el Bondage puede ser una gran solución. Este Bondage consiste en maniatar a nuestra pareja. Existen formas sencillas y más complejas, formas más comunes y otras de los más extravagantes (si no, mirad la foto…).

Pero yo voy a contaros qué hacer con cosas sencillas, utilizando la vestimenta más corriente o pequeños utensilios que pueden llegar a ser juguetes de niños. Por ejemplo, ¿para qué sirve el fular de una chica?

Cuando llegamos a casa, probablemente lo lleve puesto alrededor del cuello. Pero en cuanto la temperatura empiece a subir, beso por aquí, mordisco por allá, el fular acabará en el suelo, debido al flagrante suceso que sobre la cama acontece. ¡Recojámoslo!

Obliguémosle a que se tumbe por completo mirando hacia el techo. Si rehúye: unas palabras al oído, unos mordiscos a la oreja, o mismamente un poco de “fuerza bruta” (que muchas veces buscan, y de hecho, suele ponerles bastante) pueden hacerla ceder.

A partir de ahí, podemos taparles los ojos con ese fular. Eso le hará sentirse más indefensa y a ti más poderoso, más dueño de la situación. Además, al tener los ojos tapados, esa sensación se acentúa, puesto que no sabe qué le vas a hacer con tus manos, tu pene o tu boca. Recuerda que esas son tus principales armas, pero no las únicas. Si tienes una pluma la cuál puedas pasar por sus pechos y abdomen, lograrás despertar a su piel y también sus pezones, si no lo están ya. Jugar con fruta, e incluso con un cubito de hielo son otras opciones.

Pero si no disponemos de más arsenal que con el que nuestra madre nos trajo al mundo, no pasa nada; disfrutaremos igual. Aprovechamos que ella (o él, por supuesto que aquí el papel de ciego o maniatado es tanto para ellos como para ellas, sólo que yo disfruto más mientras escribo, si relato que la maniatada es ELLA). Como decía, aprovechamos que ella no sabe lo que sucede más allá de ese fular, y comenzamos con nuestro juego de sensualidad. Sensualidad.

Se trata de portarse mal, de hacerse desear, de que tu pareja acabe pidiéndote que “le folles”. Y esto se hace calentándole. Pero bueno, esto seguro que lo sabemos hacer, solo que con el inri de que la otra persona no ve nada, es probable que nos lo diga antes que otras veces.

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!, cómo se está poniendo la cosa ya…

Y otra noche que lleguemos a casa con nuestra pareja, o simplemente otra noche que pillemos. Cuando estemos a lo que hay que estar, en vez de taparla los ojos, la atamos, por ejemplo, al cabecero de la cama. Pero, no lo hagamos muy fuerte. Vamos a atarle, dejándole la oportunidad para que pueda escapar.

Imaginaros la escena tal y como la describo. Cabecero de la cama en el que podemos atar cada una de sus manos, una en el lado izquierdo y otra en el derecho. Los ojos ahora no están tapados, con lo cual ella nos puede ver. Y sus tobillos tampoco están atados, de manera que sus piernas se pueden mover siguiendo la armonía sexual cotidiana.

El siguiente paso después de que la cosa empiece a estar bien caliente es pasar a sexo oral. Cunnilingus. ¿Por qué esto y no pasar al coito directamente? Estadísticamente las chicas disfrutan más con el cunnilingus que con la penetración. Una de las razones ya la vimos hace no sé cuántos artículos (recordáis aquello de “en el clítoris tienen muchísimas terminaciones nerviosas, mientras que en la vagina no tienen tantas”, y también lo de “además la mayoría de las terminaciones nerviosas de la vagina están en los primeros 5 ó 6 centímetros”; ¡no! ¡Si al final os lo vais a acabar aprendiendo!). Puede no parecerlo debido a que gimen más cuando practican el coito que cuando les hacen sexo oral, pero las señales que sus nervios envían al cerebro indican que hay más placer cuando se les practica el sexo oral.

Esto no sucede exactamente de la misma manera en los hombres, pero igualmente, podéis empezar con una felación. Nos gustará.

Empezamos con el sexo oral (recordemos que no hemos atado a nuestra pareja demasiado fuerte a la cama). Como tiene las manos atadas al cabecero de la cama, no puede agarrar las sábanas como acostumbra cuando le practico el sexo oral, o agarrame la cabeza simulando con sus manos el movimiento circular que yo sigo con mi lengua o mis labios. Está desatada, necesita agarrar algo, para poder así descargar la tensión que le provocan esas primeras sensaciones de placer.

Entonces se da cuenta de que puede escapar y lo hace. Cuando te das cuenta que se ha liberado, paras el cunnilingus te quedas de rodillas sobre la cama frente a ella; quién ferviente y fervorosa te agarrará el pene y sin pregunta alguna, lo hará suyo…

Dejémonos llevar por nuestra imaginación. Lo mismo en lugar de coger nuestro pene, puede empujarnos hacia atrás y quedar ambos con la cabeza en los pies de la cama, y ella encima con afán de revelarse y demostrarnos quién es la que manda en el juego del sexo esta noche.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Espíritu de Carnaval

A pocos días para que empiece el Carnaval, tenemos que ir pensando ya en nuestro atuendo. Y si no sabéis en dónde comprar vuestro disfraz, lo mismo el jocoso individuo que aquí os presento os puede echar una mano.

Muchos os estaréis preguntando qué demonios tiene que ver el sexo con el festival carnavalesco de todos los años. Pues mi mente perversa y lujuriosa os propone aprovechar la excusa del carnaval para que llevéis a cabo una de esas fantasías sexuales que requieren una vestimenta no tan usual. Y es que ir un jueves cualquiera por la calle vestida de Catwoman, daría mucho el cante.

Aunque, al fin y al cabo, siempre se puede llevar el disfraz en una bolsa y ponérselo uno en casa. Pero imaginaros, que os tocan el timbre y abrís la puerta a Lara Croft; eso es empezar bien.

Entre las fantasías de siempre, en cuanto a disfraces me refiero, pues como una de las que más triunfa es la de pillarse al policía. No sabemos si puede ser, porque tenemos ganas de coger al cabrón que sólo hace que ponernos multas, esposarlo y enseñarle lo que es bueno; pero el caso es que vuelve loco tanto a ellos como a ellas.

Buscamos cumplir una de nuestras fantasías. Si tenemos pareja, puede ser el momento de hacerla saber cuánto nos gusta el uniforme que lleva la sirvienta del culebrón de por las tardes, o de "cuánto me gustaría que fueras bombero, cariño”.

Para documentarme un poco mejor, me he metido en algunas páginas que venden disfraces eróticos, y que parecen además que venden la ropa al peso. Porque una enfermera lleva normalmente algo más de ropa que esto ¿no? Y si no es así... mejor no digo nada.

En fin, para gustos, colores. Unos prefieren darle más realismo al asunto, y otros sin embargo, prefieren que hagan como que son enfermeras, pero le importa menos si el atuendo es más picaresco.

Y para los que no tienen pareja, pues igual deberían de rebuscar entre cuáles son las fantasías más usuales de ellos y/o ellas, que siempre puede venir bien para lograr pillar, echarle una mano a los efectos del alcohol con un buen disfraz que además, nos ponga cachondos.

Aquí os dejo un par de links por si los queréis echar un vistazo, dónde dicen algunas de las fantasías más usuales de hombres y mujeres. Pero ya os adelanto, que no enseñan nada que una mente lasciva y viciosa no se pueda inventar.

http://www.mujeresaburridas.com/amantes/quieres-sorprender-a-tu-pareja

http://seressexuales.com/disfraces-que-excitan-a-los-hombres/

Y por último, aquí al lado os dejo una pregunta para ver cuál creéis puede ser el disfraz más pillador de estos carnavales.

lunes, 9 de febrero de 2009

M, L ó XL

Hoy toca un artículo más ilustrativo que el resto de los que hasta ahora he publicado. Os prometo para hoy, un poco más chicha.

¿Sabéis qué es el lingam y qué es el yoni? Pues son el pene y la vulva respectivamente, nombrados en sánscrito, uno de tantos idiomas oficiales de la India.

Digo esto, porque ese Kama Sutra querido, que tenemos en la mesita de noche, al fondo del armario o incluso en un cajón de doble fondo a fín de que nuestros padres no nos lo pillen; ese Kama Sutra, divide en tres tamaños tanto al lingam como al yoni.

A partir de esos tamaños, identifica tres tipos de uniones:
- Unió Alta --> Cuando el tamaño del pene es mayor que la vagina.
- Unión Equilibrada --> Hombre liebre y mujer cierva, etc.
- Unión Baja --> Cuando el tamaño del pene es menor que la vagina.

Y claro, como lo que se busca es alcanzar el máximo placer con nuestra pareja, nos toque lo que nos toque; pues el Kama Sutra nos propone algunas soluciones.

La unión equilibrada no merece mucha atención porque en sí no supone problema alguno de compatibilidad sexual (por llamarlo de alguna manera). Por su parte, las otras dos, sí.

En cuanto a la unión alta, desde el punto de vista de la psicología del hombre, no resulta tan problemática, puesto que él la tiene grande, con lo cual ninguna se le va a quejar. Pero realmente esa problemática existe.

Lo primero que hay que hacer, antes de iniciar la penetración, es lograr excitarla mucho y esperar hasta que esté bien lubricada, ya que entonces la parte superior de la vagina se le ensancha, y así será más cómodo introducirle nuestro pene.

Por supuesto son válidos cualquier tipo de lubricantes (solubles en agua). ¡Ah! Y si ella dice, “más despacio”, “no tan profundo” “¡para!”. Nosotros: “¡A su órdenes, mi Capitán!” El más mínimo dolor puede acabar con lo que podría haber sido una noche de sexo de lo más placentero; y ya se sabe, que “cuando uno no folla, o folla mal, está más de mala leche”.

Entonces, nuestro Kama Sutra nos propone algunas posturas en las que la penetración no es tan profunda, y además, en muchas de ellas, es ella quién lleva la batuta, para que así sea más complicado provocarle dolor.

Y la unión baja, la encuentro, quizás por ser hombre, más problemática. El hombre tiene un pene pequeño y la mujer una vagina grande o ¡muy grande!

El primer problema que puede aparecer aquí es el propio complejo que tenga el hombre por su pequeño yo. Yo tengo un dato a resaltar, y es que las chicas, del total de terminaciones nerviosas que tienen en la vagina, la mayoría de ellas las tienen en los 5 ó 6 primeros centímetros, con lo cual, ese complejo podría desaparecer.

Si a este problema, le sumamos la posibilidad de que tanto el hombre como la mujer tengan la sensación de que el pene baila dentro de la vagina, esto torna el sexo más difícil y menos atractivo. ¡Pero no nos rindamos! ¡Solucionémoslo!

Por ejemplo, si ella fuera capaz de mover sus músculos del amor (los músculos pubococcígeos femeninos), conseguiría atrapar al pene en cada embestida, de tal manera que las sensaciones de ambos se intensificarían notablemente. Por otro lado, también, a la vez que la penetramos, podemos introducir uno o dos dedos, para aumentar la sensación de penetración en la mujer (pero no sé yo cómo de cómodo resulta esto para los hombres, ¡eh!).

Una vez más el Kama Sutra nos salva. Nos propone diferentes posturas, en algunas de las cuales nuestro pene toca la zona de la vagina en la que se encuentra el punto G, estimulándolo (postura del elefante).


POSTURA DE INDRANI

POSTURA COMPRESORA

POSTURA DEL ELEFANTE

POSTURA DE LA VACA

Y ahora, tanto seáis unión baja, alta, equilibrada o lo que sea; poneros a practicar cualquiera de estas posturas, que al fin y al cabo es sexo, y eso es lo que nos gusta.

domingo, 1 de febrero de 2009

Uno, dos, tres... ¡Se acabó!

Noche de verano que apunta ser memorable. Llego a casa bien acompañado. Cierro la puerta. Rodeo con mis brazos su cuello y la beso desaforadamente. Luego con una de mis manos bajo el escotado top que lleva puesto, le toco las tetas. Nos es pequeño mi disfrute en este momento, cuando de repente, ¡aaahhh! Me fui…

En esto es en lo que consiste concretamente la eyaculación precoz. Es decir, en eyacular antes de que tenga lugar la penetración o justo en el momento en que nos vamos a poner a ello. Uno no tiene control sobre su propia eyaculación, se va, se va y no hay manera de impedirlo.

Si nuestro problema más que ese es que simplemente no duramos mucho, podemos arreglárnoslas con algunos trucos (y también alguna técnica).

Influyen mucho esa presión imaginaria (o no tan imaginaria) que los hombres nos ponemos para quedar bien, satisfacerla en toda regla y que hablen de los cuarenta minutos que uno es capaz de estar dale que te pego.

Otros motivos que se consideran pesos pesados en esto de irse antes de tiempo, son esos preliminares que han sido algo más que preliminares, además del tiempo que lleve uno en la nevera.

Pero volviendo a lo de los trucos, las técnicas y todo aquello. Entre las más míticas está la de contar de cero a un millón, la de pensar en el panadero de ciento y pico de kilos, etc. ¡Pero eso es un rollo! El sexo está hecho para ser disfrutado por los dos miembros (o más) que en él intervienen.

Por un lado tenemos los ejercicios de Kegel, que consisten en contraer sucesivas veces los músculos pubococcígeos. Pero de este tema ya hablaré en otro momento, con el fin de llegar más al fondo de la cuestión.

Para mientras tanto, tenemos la técnica de “parada y arranque” de Semans. Consiste en que cuando nos masturbamos y sentimos que estamos a dos sacudidas de la eyaculación, dejamos de masturbarnos agarrando nuestro pene de tal forma que el dedo pulgar presione el frenillo. Cuando dejemos de percibir esa inminencia eyaculatoria continuaremos masturbándonos. Así, varias veces hasta que finalmente permitamos (o sea ya inevitable) la eyaculación.

Por supuesto, esta técnica se puede emplear durante el coito, pero si lo hacemos, debemos de tener cuidado con no dejar de estimular a nuestra pareja (tocamos su clítoris, introducimos uno o dos dedos en su vagina, recurrimos al sexo oral, etc.). Pero, por favor, ¡que no se le baje el calentón!

Si algunos de los que lean esto sobre la técnica de Semans o los ejercicios de Kegel, quiere practicarlos con el fin de durar más, tiene que saber que no vale con hacerlo un par de veces al mes. Se lo debe tomar mucho más en serio, como si fueran unos deberes, vamos.

De todas formas, yo encuentro importante no obsesionarse, al fin y al cabo si te vas, aún puedes seguir un rato con aquello en condiciones para conseguir que tu pareja llegue al orgasmo, o incluso alcanzar tú el segundo climax.

Y chicas, los preliminares son importantes, sí, pero si pretendéis que duremos, que no pasen de preliminares… por favor…