martes, 6 de enero de 2009

Regalando distinto

Un año más, llega el día de los reyes magos. Nos hemos pasado la última semana comprando cosas para mamá, papá, hermanos, amigos y novias. Y como todos los años, una camisa, una colonia, una cartera-monedero son de los regalos que más triunfan. Siempre y cuando no tengamos un hermanito pequeño al que regalar el garaje de los micro machines o el barco pirata de playmobil.

El caso es que de vez en cuando, y para determinadas personas, podemos cambiar nuestro tipo de regalo. Por ejemplo, tanto si somos padres como hermanos mayores de un chico en plena pubertad y adolescencia, podemos acompañar un juego para la play station con un libro para jóvenes en el que se traten temas que son tabúes en casa, como suele ocurrir con el sexo.

Esto puede evitar el “mal rato” que puede suponer hablarle a “nuestro pequeño” (calificativo que no se pierde a pesar de que pasen los años y uno llegue a casarse y tener hijos) acerca de sexo. Y es que claro, qué le digo, cómo empiezo… Pues si uno no va a ser capaz de hablarle sobre este tema, lo mejor, en los tiempos que corren, no es dejarlo pasar y “que aprenda como pueda, que a mí nadie me dio ninguna charla y no pasó nada”.

Y es que con la cantidad de ETS (enfermedades de transmisión sexual), embarazos no deseados, etc. que hay hoy en día, ésta no es ni con mucho una opción. Por tanto, si no le vamos a poder dar la charla y avisarle de los peligros que corren por los penes y vaginas del mundo, una buena solución es encontrar un libro con lenguaje sencillo (tampoco es necesario que se aprenda toda la fisiología genital) y que le resulte a la vez, divertido e ilustrativo.
A todos nos gusta follar. Y no porque sea nuestro hijo o nuestra hija no lo va a hacer y si lo hace no va a pasar nada, ya que es un chico formal y responsable y bla bla bla…

Si tu chico se encuentra a sus diecisiete años en un momento de calentón con su novia, cuya temperatura también ronda a la del sol, y pensaban que les quedaban preservativos, pero resulta que no. Lo mismo deciden hacer la marcha atrás ya que “él controla”, y “el liquidillo ese” no hace nada, así que “no va a pasar nada”.

Y luego pasa. Entonces, manos a la cabeza y huevos de corbata. Por suerte, si esto sucediera, existen soluciones más o menos morales, dependiendo de quién las mire, que pueden poner fin a este embarazo no deseado. Pero como esto no es lo único malo que puede suceder, y nos referimos a las ETS, e incluso al SIDA y VIH; lo mejor es informar a los jóvenes de todos estos peligros que nos acechan cada vez que queremos “mojar el churro”, no vaya a ser que el chocolate esté quemando...

1 comentario:

Unknown dijo...

claro claro que luego vienen las desgracias.....